El calendario maya
La religión y el calendario estaban íntimamente relacionados, cada uno
de los periodos calendáricos tenía una deidad que lo protegía. Los mayas creían
en la inmortalidad del alma y en una vida ultraterrena.
Concedían un valor mágico a ciertos números como el 4 y 13, además trece
eran las divisiones del cielo y treces dioses las regían. Trece también eran
los números simbólicos.
Los mayas poseían conocimientos matemáticos muy avanzados que sorprenden
aún. Tomando como base sus conocimientos aritméticos, desarrollaron un sistema
de calendario cada vez más complejo. El primer calendario fue el lunar, formado
por trece meses de 20 días cada uno, que hacían un total de 360 días. Luego
este se convirtió en un calendario adivinatorio llamado tzolkin.
La vida cotidiana estaba regida por un calendario solar compuesto por 18
tunes o meses de 20 días, que hacen un total de 360 días, más cinco días
aciagos – de mal agüero – sin nombre.
Combinando los dos calendarios se formó un ciclo de 52 años llamado
Rueda Calendárica. Ésta fue la unidad cronológica o, mejor, el siglo indígena
que prevaleció en Mesoamérica y que en la región maya se conoció como Cuenta
Corta.
Tiempo después desarrollaron un sistema de
cálculo – único en Mesoamérica y en el mundo
– denominado Cuenta Larga, iniciado a partir de una determinada fecha o “era
única”. Esta cuenta se inició el año 4 uhau 8 cunku, que corresponde al 12 de
agosto de 3130 antes de Jesucristo. Para el cómputo del tiempo, los periodos
van de 20 en 20, y por este tipo de sistema nunca tuvieron el “error” del año
“bisiesto” de Occidente.
Sus conocimientos astronómicos y matemáticos
les permitieron hacer cálculos sobre el ciclo de Venus, e incluso predecir los
eclipses.
Fuentes:
Nélida Galván – Mitología Mexicana para
niños.
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