Supercampeones. Concepción Macabra

Capitan Tsubasa, conocido como “Campeones Oliver y Benji” en España, o “Supercampeones” para Latinoamérica, es un manga creado en 1981 y poco tiempo después lanzado como una serie animada, la cual le dio la fama mundial ya conocida por todos.

Voy a permitirme omitir la temática del anime, dando por hecho que en algún momento hemos oído hablar de ella, sabiendo que sigue siendo muy popular en el mundo del anime clásico.

No obstante, vive una suposición hasta cierto punto macabra y desconcertante sobre la concepción que envuelve a la historia primaria y no a sus sucesoras, por lo que no se debe confundir con las sagas posteriores.

Se cree que el creador Yoichi Takahashi, al que me di a la tarea de investigar debido a mi inquietante duda y mi gusto pronunciado por la serie que marcó mi infancia, fraguaba un desenlace muy diferente al ya conocido, trastocando toda la historia en una realidad trágica. Inclusive esta cruel realidad llegaría a explicar sucesos de índole fantasiosa, para darle cabida a explicaciones más lógicas.

Existe la creencia urbana de que en Japón, impulsado por los deseos del mismo creador, estuvo a punto de lanzarse un final “experimental” o “alternativo” que en último momento fue omitido por mero sentido común, luego de un extenso debate previo, en donde se puso a juicio cuestiones morales y las repercusiones que hubiera ocasionado su posible proyección. Pese a que se intentó ocultar lo posible, algún tiempo después por las malas lenguas internas corrió el rumor de ese hermético desenlace que ya había pasado al olvido. El rumor se propagó por todos los sitios, pese a que el autor lo negó en todo momento, plantando la muy seria duda de si en verdad existió un final censurado.

Investigando de manera honda en unos foros de internet donde se discutía y atestiguaba la autenticidad de este rumor, pude recapitular y decodificar algunas de las versiones que se fueron suscitando alrededor de dicho final censurado, y encontré la forma más satisfactoria de plasmarlo, la cual me permito compartir y trascribir tal cual:


“El último capítulo de la serie, el número 128, concluye con el protagonista Oliver Atom pateando un balón hacia la portería contraria, dando por concluido todo un torneo de una saga fantástica alrededor del deporte, específicamente el fútbol. Inmediatamente después se dejaban ver el ending y los créditos habituales”.

Este desenlace es el que finalmente se presentó al público, siendo algo ambiguo; por la manera en que terminaba no daba la impresión de estar a la altura de la historia, parecía más una abrupta improvisación o en todo caso un final bastante magro. Sin embargo, pudiera haber una siniestra explicación para un final tan decepcionante. La duración de dicho capitulo variaba sutilmente con los veintiún minutos característicos de todas las ovas. Sorpresivamente este capítulo contaba con veinte minutos con dos segundos, dejando 58 segundos a la intemperie. Siendo estos segundos los que le dan sentido a toda esta leyenda y los que probablemente desembocaron en una censura nunca conocida.

Narro ahora los supuestos segundos que nunca salieron al aire y que completaban en su totalidad el capítulo 128:

En él, ya para el final conocido, la imagen continua del balón dirigiéndose precipitadamente hacia el arco comenzaba a difuminarse como si se tratara de una ilusión. Luego de tornarse la pantalla aparentemente sin color, la imagen se enfocaba en cámara introspectiva hacia la casa de Oliver. Después de esta escena algo contradictoria, ya que no llevaba el hilo de la trama anterior, se ve al protagonista en primer plano, postrado en una cama, con varios afiches del equipo brasileño, en especial de su más grande ídolo “Roberto Sedinho” atiborrados en la pared de su cuarto. En ese momento la madre de Oliver entra a escena con algunos alimentos. Hace un ademán para despertar a su hijo que permanecía inmutable. Cuando Oliver comenzaba a reconocer la realidad luego de haber despertado de un sueño profundo y placentero, con marcada excitación pasa a relatarle a su madre que había soñado con que se convertía en un jugador de fútbol con un talento sin precedentes, participando en un trepidante torneo local del cual se había alzado con el triunfo. También hacía referencia de su jugador predilecto, la súper estrella brasileña, quien se convertía en su amigo y entrenador personal enseñándole todos los secretos que lo habían catapultado como un héroe del soccer.

Luego de esta confesión sorpresiva, se vislumbra el macabro desenlace que nunca nadie en sus peores concepciones se haya podido imaginar. La madre, con una despreocupada sonrisa en su rostro, retira el cobertor de la cama, dejando al descubierto la monstruosa realidad: el niño no contaba con ambas piernas. Después de un prolongado y amoroso abrazo entre ambos, se daba por terminado el capítulo, completando el verdadero sentido de la serie: muchos años antes el balón de fútbol le había salvado la vida a Oliver, pero no impidió que perdiera sus piernas en un trágico accidente vial.

Este final perturbador pudiera interpretarse como un anhelo frustrado de un niño hundido en una pasión provocada por su deseo de querer caminar y demostrar que podía ser valioso y el mejor entre los niños.

Como dato curioso, en la última saga remasterizada que se le hizo al anime, el primer capítulo se titula “Un gran sueño”.




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