Los hijos del Sol

En la región de los Andes peruanos, cerca del valle del Cuzco, hay una colina llamada Tampu – Tocco, que en lengua quechua – la lengua hablada por los pueblos muy antiguos de la zona Tihuanaco – quiere decir “Posada con nicho”.

Cuenta una antigua leyenda india que en esta colina había tres cavernas de las cuales surgieron los fundadores del imperio inca.

De la cueva central salieron los hijos del Sol: Manco – Cápac, sus tres hermanos, Cachi, Ucho, Auca, y sus cinco hermanas. De las cuevas laterales salieron los diez jefes de los primeros clanes con su gente.

Manco – Cápac y sus hermanos, por ser de origen divino, se convirtieron en los jefes superiores de todos los clanes. Como la región próxima a la colina Tampu – Tocco era muy árida e inhospitalaria, decidieron buscar un lugar más apropiado para instalarse.

El viaje duró varios años, pues no era fácil encontrar un lugar habitable en plena montaña. Durante la peregrinación, Manco Cápac dio pronto muestra de ser el más prudente, sagaz y aguerrido de los cuatro varones. Los clanes lo eligieron como el jefe supremo de toda la tribu.

Cuando ya habían descendido bastante, fueron encontrando algunos valles ya habitados por otras tribus con las que trabaron amistad y convivieron algunas temporadas. En esa época, Manco – Cápac eligió por esposa a Mama – Ocllo, doncella muy inteligente y hábil en las tareas domésticas. También por entonces Manco – Cápac y el pueblo comprendieron que era muy difícil gobernar entre cuatro jefes. Manco – Cápac y el consejo de los jefes de clanes resolvieron dar a los otros hermanos tareas especiales según su condición divina. Cachi, el violento, debió volver a la gran caverna de Tampu – Tocco para conservar el fuego sagrado, desde entonces vive en la gran cueva como dios del fuego y los volcanes; Ucho, el audaz, quedó convertido en un ídolo, dios de la guerra en la colina de Huanacauri; Auca, magnánimo y prudente, fue elegido dios protector del pueblo.

Manco – Cápac y su pueblo siguieron después el peregrinaje hasta llegar al valle del Cuzco; el bastón de oro del emperador les avisó que era un lugar fértil y al abrigo de los terribles huracanes andinos. El valle estaba ya ocupado por algunas tribus o grupos que pronto reconocieron la superioridad de los incas y se fundieron con ellos. Manco – Cápac y Mama – Ocllo les enseñaron el cultivo del maíz y otros granos, y el cuidado de la llama, el animal de más utilidad en esa zona. De este modo echaron las bases de un gran imperio, unieron a las tribus vecinas, más por el afán de progreso que por el uso de la fuerza, y fundaron el Cuzco, capital del imperio Inca o sea el de Los hijos del Sol.

Leyenda incaica (versión de Carlos H. Magis).




Fuentes: 
SEP. Español. Quinto Grado. Lecturas (1972).

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